El Constitucional deja sin efecto la Ley Balear que prohibía la muerte del toro en los festejos celebrados en su comunidad autónoma. Aquí tienen el enlace para opinar lo acertado o no de esta decisión judicial pero más allá del planteamiento jurídico entenderán el encabezamiento de este comentario:
En España regulamos las costumbres (los toros, por ejemplo) y le damos más valor que a las propias leyes. Los Fueros son un peculiar patrimonio de los pueblos, cohabitando con el resto de normas estatales. Pero no hay identidad nacional. Tenemos que ser todos iguales, o gemelos o mellizos, no simplemente hermanos. Por eso la bandera solo vale para presumir de futbolistas. Todo lo impuesto tiende a rechazarse.
En Estados Unidos hay cincuenta Estados que comparten soberanía (frente a diecisiete Comunidades Autónomas), casi 325.000.000 de habitantes (en lugar de menos de cuarenta y siete millones), y casi 10.000.000 de kilómetros cuadrados (pasamos por poco el medio millón) pero todo ello forma una unidad nacional. A pesar de todo cada uno tiene su autonomía sin perder su identidad de Estado. Los hay que admiten la pena de muerte y otros rotundamente contrarios a ella. Pero se sienten iguales. Lo de Estados Unidos le viene bien.
Esto no va de nacionalismo ni de himnos; ni de toros ni de pena de muerte. Va de cómo sentirse hermanos e iguales siendo diferentes sin quemar banderas ni abuchear la ideología del otro.