Divorciarse: una situación personal complicada que exige tener las cosas claras. Más aún si afecta a las personas que más queremos: nuestros hijos. Cada persona, cada pareja, cada familia, es diferente. Por eso, es complicado asesorarles por escrito sin conocer las circunstancias concretas de cada caso. Como divorciarse de mutuo acuerdo es una invitación al diálogo. Por eso. recorramos los principales puntos de interés que se abordan en los procesos de familia.
Divorciarse es una decisión que debe tomar sabiendo el cambio que tendrá en la vida: hijos, vivienda, economía… y más
Que decida primero el corazón, luego el cerebro. No demos respuesta a un simple enfado o conflicto familiar que no merece judicializar. El momento de la ruptura llega cuando no somos capaces de retomar el respeto en la vida de pareja. Y cuando no somos el ejemplo de familia que queremos dar a nuestros hijos. Si nos aborda esta situación, hemos de iniciar un diálogo sobre los aspectos que necesitamos resolver. Y no olvide que el divorcio de mutuo acuerdo es el mejor ejemplo del diálogo. El aspecto psicológico es fundamental, y para ello sugerimos la lectura de este artículo
Divorciarse, si pero ¿con quién se quedan los niños?
Con quien estén mejor. ¿No queremos lo mejor para ellos? Empecemos bien y no les tratemos como maletas que deban asumir nuestras necesidades. Es al contrario. Ellos son lo primero. Lo ideal es que sigan viviendo en la misma casa y por ello suelen ir de la mano ambas cuestiones. Así, tenemos que analizar qué es lo que podemos ofrecer a nuestros hijos sin pretender cambiar sus hábitos. Luego hablemos con la pareja para saber cuál es su compromiso e intentemos congeniar ambas posturas.
La ley no dice con quién deben quedarse. Que la mayor parte de las veces se atribuya la guarda y custodia a la madre no quiere decir que tenga que ser así. Tal decisión en parte es debido a los usos sociales que tuvimos. Si, pero tal vez los hombres siguen pagando el lastre histórico. Nos referimos a quienes preferían un régimen de visitas de fines de semana alternos sin preocuparles la custodia. Eran otros tiempos, claro, de hombre trabajador y mujer ama de casa, pero las costumbres tardan en desarraigarse. Si es lo que quiere, el padre debe exigir el mismo papel que la madre partiendo del mismo compromiso.
Recuerde que el divorcio puede realizarlo ante notario. Debe ser de mutuo acuerdo, con más de tres meses de matrimonio y sin hijos menores
¿Y divorciarse con custodia compartida?
Ya hablamos de ello en otro artículo pero insistimos: se concederá si se pide de mutuo acuerdo. Bueno, salvo que, aún así, sea perjudicial para los menores. Si no hay acuerdo, deberemos acreditar que están mejor con un sistema compartido. Por desgracia, la custodia compartida no es la regla general en todos los tribunales. Aunque ambos progenitores quieren hacerse cargo de los hijos, lo cual como jurista me sorprende. Y más cuando la igualdad entre hombre y mujer es la piedra angular de nuestro derecho. Pero no hay igualdad plena entre padre y madre, de momento.
En conclusión: o llegamos al acuerdo o solo habrá custodia compartida si se demuestra que es lo mejor.
Al divorciarse ¿qué pasa con la vivienda?
El domicilio conyugal debe ser para los hijos y, por ello, para quien tenga atribuida la custodia. ¿Y si la vivienda es propiedad exclusiva del cónyuge que no tiene la custodia? No por eso los hijos abandonarán la vivienda para que siga en él su propietario. De hecho no es difícil que el juez les otorgue el derecho de uso de esa vivienda debiendo desalojarla el dueño. Puede decretarlo otorgando un uso temporal de la casa durante un tiempo para buscar otra vivienda.
¿Y si es privativa de un familiar de quien no tiene la custodia? El Tribunal Supremo admitió el desalojo pedido por la suegra, propietaria de la vivienda donde vivían su nuera y nieto.
Tener la propiedad de la vivienda familiar no le garantiza permanecer en ella con sus hijos
Divorciarme y tener una vivienda ganancial que usará la madre no me exime de pagar la hipoteca. Porque afecta a la propiedad y debe amortizarse por ambos propietarios.
Los gastos de comunidad y los de servicios como teléfono, luz, etc., se afrontan generalmente por el usuario, no por la propiedad.
Por divorciarse ¿cuánto pagará de alimentos a sus hijos?
Tampoco la ley dice cuánto hay que pagar. Es cierto que hay unas tablas que sirven de referencia pero apenas se utilizan. Repetimos: cada caso es diferente si partimos de que el interés del menor es el que manda. No todo niño de ocho años de padres con dos mil euros al mes tienen las mismas necesidades. Depende, por ello, de la situación económica y personal del alimentista. Por supuesto, también, de las necesidades del alimentado. En todo caso, existe un mínimo que los tribunales estiman en 75 o 100 € por hijo.
¿Conoce ese dicho de que más vale un mal acuerdo que un buen pleito?
A esa suma deben añadirse los gastos extraordinarios, como dentista, oculista, psicólogo, etc. Estos han de asumirse por mitad. Tienen tal consideración los imprevisibles. Por eso los escolares como uniforme, libros, etc., de inicio de curso NO LO SON. Se pagan solo una vez al año, pero su gasto no es imprevisto.
¿Y por divorciarse puede pagar, además, una pensión a su ex?
Puede que uno de los cónyuges quede desfavorecido económicamente por el divorcio. Estar en pareja le proporcionaba estabilidad por los ingresos de su futura ex pareja. Esto le da derecho, con carácter temporal, a una pensión compensatoria cuyo plazo e importe varía. Depende de la edad de quien la solicita, de su dedicación al matrimonio, de su cualificación profesional y de aquéllos factores que ayuden a valorar la dificultad de encontrar nuevo empleo.
¿Qué pasa con el resto de los bienes comunes?
Los bienes gananciales son de ambos, pero son ajenos a la Sentencia del Juzgado de Familia. Una razón más para ponerse de acuerdo y solucionar todos los flecos. El procedimiento judicial será más rápido, cómodo, económico y menos desagradable. Piense: uno de los progenitores no va a ocupar la vivienda, pagará la mitad de la hipoteca y además el alquiler de la casa a donde tendrá que ir a vivir. Admitamos la necesidad de solucionar también los aspectos civiles repartiendo los bienes. Eternizar el reparto, manteniendo esta situación, es injusto, carece de ventajas y solo retrasa la solución.
Resumiendo…
- Si llega el momento de la ruptura, haga un último esfuerzo de diálogo. Sus hijos lo merecen.
- Resuelva los puntos fundamentales para solventarlos amistosamente. Primero Vdes. en lo esencial, luego, asesorados por abogados. Firmen un convenio regulador. Solo Vdes. deben decidir en qué condiciones van a vivir el resto de su vida. No debe ser cosa del Juez ni de los Abogados.
- Esos puntos son:
- qué custodia deciden.
- qué régimen de visitas tendrá quien no tiene la custodia.
- quién se queda en la casa.
- qué importe se pagará por alimentos.
- si cabe compensar a uno de los cónyuges por desequilibrio económico.
- Si es posible el acuerdo, aproveche y realice la liquidación de la sociedad de gananciales. Reparta los bienes. Al menos, acuerde la forma de hacer frente a los gastos comunes mientras tanto.
En GÓMEZ-CAMINERO estamos para ayudarle. Sabemos que el juicio no es la mejor manera de solucionar un asunto tan personal, y por eso colaboramos para que su situación de crisis familiar se resuelva de manera amistosa. La mediación es preferible al mejor litigio. Solo cuando no es posible se acude a los Juzgados de Familia.